Fotógrafo: Johan Chango Asistente: Elvis Alejandro Vestuario: Alejandro Fajardo Accesorios: Vivian Felizola Estilismo: Rafael Palencia Asistente: Julian Pérez
No se trata de ser guerrera, ni princesa, se trata de ser mujer. No se trata de ser el sexo fuerte, o el débil… tampoco se trata de competir.
La reivindicación femenina pasa de calificativos, no entiende de razas, religiones, costumbres y mucho menos de falsa ética y moral. La reivindicación femenina inicia desde nuestra aceptación, respeto y trato con nosotras mismas como mujeres. Desde que decidimos no encajar en ningún estereotipo físico o moral impuesto por la sociedad, desde que comprendemos que no se trata de libertinaje, anarquía, o demagogia.
No tenemos como mujeres que buscar complacer y satisfacer expectativas, porque no somos guerreras librando una batalla, ni leonas en cautiverio cuidando la manada, somos un ser humano y al igual que los hombres padecemos y sentimos.
La lucha por alzar la voz del empoderamiento femenino implica muchos aspectos, va de adentro hacia afuera, tiene que ver con conocer nuestros derechos y deberes, no entiende de calificativos y lucha a diario por mantenerse en pie sin encasillarse, sin dar explicaciones, sin permitir adjetivos.
No podemos olvidar que en todos los niveles, somos nosotras las que decidimos que hacer con nuestra vida, por eso es necesario que cultivemos y reforcemos a diario el amor incondicional hacia nosotras mismas, de esta manera evolucionamos y nos desarrollamos como mujeres auténticas e independientes, el poder femenino que debemos alcanzar no busca alimentar egos, sino crecer espiritual e intelectualmente.
Vamos a comenzar a convertir nuestros deseos en realidad, a trabajar desde el amor propio para cambiar lo que no nos gusta, para decidir en pro de nuestras necesidades. Es momento de que el “Empoderamiento Femenino” forme parte de nuestro día a día.
Seamos conscientes del gran poder que tenemos y de todo lo que podemos hacer.