El empoderamiento femenino incluye una visión crítica hacia los papeles asignados tradicionalmente según el género, y la limitada participación que históricamente le correspondían a las mujeres.
En este sentido, el empoderamiento femenino representa una estrategia de igualdad y equidad, dentro de un proceso tanto individual, como colectivo.
Inicialmente, la visión de la mujer pasiva, dependiente y sacrificada formaba parte fundamental de su cultura; cambiar esos estándares sociales llevó años de lucha de muchas mujeres que se atrevieron a abrirse paso en el descubrimiento de su propia conciencia y de sus grandes capacidades para enfrentar los distintos desafíos de la vida.
Hoy en día, el empoderamiento femenino ha dejado una profunda huella en la sociedad, logrando que las mujeres rompan paradigmas y estereotipos, desarrollándose en diversos ámbitos que han evidenciado sus amplias habilidades en direccionar, organizar y controlar los procesos, además de concientizar sus derechos.
Sin embargo, es importante siempre recordar a la sociedad y enseñar a las futuras generaciones, el camino ya recorrido para defender sus derechos y que estos permanezcan sostenibles en el tiempo, con la integridad y la determinación como piezas claves de un empoderamiento genuino, para lograr todo cuanto se propongan, independientemente de las circunstancias que les rodeen.