Cuando se habla de virtudes, muchos sitúan la paciencia entre las más importantes. Pero ¿sabemos realmente lo que significa?
La paciencia es aprender a esperar con confianza, asumir que los ritmos de la vida no siempre se ajustan a los deseos personales. Por medio de la paciencia estableces un orden de prioridades en tu vida y aprendes a enfocarte en aquello que depende de ti, en lugar de lo que no puedes controlar.
Muchas veces los planes que tenemos no se logran en el momento que deseamos, por circunstancias que se escapan de nuestras manos. La pandemia ha sido un tiempo incierto y de larga espera en un mundo donde reina la inmediatez.
Cuando me enteré que el Miss International se cancelaba una vez más muchos sentimientos se apoderaron de mí: tristeza, impotencia, incertidumbre, ansiedad; pues esa meta en la que trabaje por más de un año se iba a postergar.
Al inicio no fue nada fácil porque varios planes personales y fechas debían cambiar, pero entendí que Dios así lo decidió por una razón, que debía ser perseverante y firme en mi sueño; pero sobre todo paciente, ya que los desafíos por mayores que sean siempre los podemos superar.
Todos en algún momento hemos pasado por procesos emocionales complejos, pero la vida no sería lo que es sin aprendizajes, cambios, subidas y bajadas; está en nosotros canalizar cada momento y cada experiencia para avanzar y ser nuestra mejor versión día a día.
La felicidad no está únicamente en la meta como premio sino en la experiencia del vivir cada instante. Recuerda que todas las pruebas que la vida nos coloca son para continuar creciendo internamente. Aprendamos a estar presentes, porque es en el ahora donde tenemos el poder de decisión para hacer cambios; y a ser pacientes para esperar con la mejor actitud, sacar el mayor provecho de cada situación y aceptar con calma ese plan perfecto que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Con mucho amor, Isbel