Hoy mi corazón me guió para escribir algo diferente, por este motivo hoy les contaré una pequeña anécdota. Así que te invito a seguir leyendo, estoy segura que el aprendizaje que obtuve te puede ayudar, porque sé que no soy la única que se ha sentido así en algún momento.
Al principio de la competencia del Miss Venezuela no destacaba mucho, pues yo no sentía que resaltaba entre las 23 hermosas e imponentes mujeres con quiénes competía. Cuando estábamos todas reunidas, mi diálogo interno se nublaba por los siguientes pensamientos: "¿por qué yo no soy tan alta como ella? o ¿por qué mi perfil no es tan delicado como el de ella? o ¿por qué no puedo desbordarme de confianza como alguna de ellas lo hacen?".
Ahora, si estaba segura de mí misma y de lo que quería lograr en ese momento, ¿por qué me estaba sucediendo esto?, porque cuando sentí la competencia, mi inconsciente empezó a tomar cada uno de los aspectos que, según él, yo necesitaba para ser “la miss perfecta”. Debido a esa creencia, me comparaba y eso no me permitía actuar desde mi esencia real.
No tardé mucho en darme cuenta que si me seguía comparando, empezaría a perder todo lo que me caracterizaba, debilitaría mis fortalezas y afectaría la seguridad en mí misma. De esa manera, nadie iba a conocer a Melissa Jiménez, la persona que finalmente luego de unos largos años preparándose mentalmente y físicamente, por fin estaba a un paso más cerca de vivir su sueño. Y ese sueño tenía un propósito muy claro, “el poder representar a Venezuela ante el mundo”.
Recuerdo el día en el que logré romper ese patrón, esa creencia. Fue durante la sesión de fotos oficiales, ese día no me sentía bonita con mi maquillaje, debido a aquellos pensamientos negativos. Cuando ya estábamos casi todas listas, nada más pensaba en cómo me sentía y en lo hermosas que se veían las demás. Cuando llegué al área de vestuario, respiré y sonreí. Ziomara, la coordinadora de vestuario, al verme, me dijo: “estás hermosa Meli, ve y demuestra tu luz”. Esas palabras me ayudaron a volver a mi centro, a mi propósito y entendí que necesitaba que todos vieran mi sonrisa, mi esencia y como dicen ustedes, mi luz. Para mí, esas fotos marcaron un antes y un después, en mí y en mi participación.
Para lograr tus metas no necesitas intentar ser mejor que los demás, o ser y hacer todo exactamente igual a alguien. Podemos tener personas que nos inspiren y nos guíen a crecer, es importante no compararnos unos a otros ¿por qué?:
Quiero terminar con una frase de Gandhi: “¡No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra!”.
Sigan cuidándose, les mando muchas bendiciones, besitos
¡Los amo!
Fotógrafo: Johan Chango