¿Somos las mujeres más honestas que los hombres?
Creo que los valores como la honestidad, la educación y el respeto, no dependen de ser hombre o mujer. Sin embargo algo que me llamó la atención hace unos días, fue un artículo publicado en el diario “El País” de España donde aseguraban que los gobiernos locales con mayor número de integrantes femeninas, tienden a actuar más honradamente y a utilizar el poder de forma proactiva y constructiva.
Sin duda el aumento de la representación femenina en los cargos políticos, significa un paso muy importante para el empoderamiento femenino, pero jamás pensé que una investigación arrojaría estos resultados.
Y realmente creo que esto no va de hombres o mujeres, sino de educación.
La honestidad es un valor que esta subestimado en nuestra sociedad, a veces por desgracia pareciera que “honestidad” es símbolo de debilidad, cuando más bien representa todo lo contrario.
Ser honesto nos empodera, la honestidad nos muestra valientes y nos asegura bienestar y prosperidad mental.
Una mujer empoderada, segura de sí misma, independiente y autentica, debe tener como principio fundamental el valor de la honestidad.
En primera instancia debe ser honesta consigo misma, y luego con el resto del mundo. Respetarse, amarse, ser compasiva y escucharse, para de esta manera poder entregar a quienes la rodean lo mejor de sí misma.
No estoy segura de que los gobiernos con mayor cantidad de mujeres en su gabinete sean más honestos o efectivos, pero si estoy completamente convencida de que los pasos que han dado las mujeres en materia de representación política deben continuar y mantenerse, deben ser pasos firmes y auténticos, en donde alcancen escalar los cargos por sus talentos y habilidades, en donde se le demuestre al mundo que la política no es una cuestión exclusiva de los hombres, y en donde como en todos los ámbitos de la vida la honestidad sea un valor irrefutable.
Necesitamos mujeres y hombres honestos, esto permitirá que nuestras sociedades sean más justas e igualitarias.